¡Bienvenido, VEINTISIETE DE ABRIL!
Como palanca que empujas al tiempo en nuestra escuela, nos impulsas a renovar
nuestros sueños y reforzar el sentido de la vida y de cada vida concreta.
Eres una dosis de esperanza y pasión
que se nos inyecta y que se va administrando en cada jornada. Sé bienvenido y
enhorabuena. Eres un refuerzo para el semestre en que nos enfrentamos a retos
del inicio del año y nos animas a respirar esperanza, introduciéndonos en la
celebración del «Mes Azul». Tú nos ayudas a mejorar nuestro perfil cristiano, a
crecer dando y acogiendo la «Buena Noticia» que Jesucristo es para todos.
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